Energía limpia con las ondas del mar
Mónica Carinchi
En la UTN Regional Buenos Aires vienen desarrollando un equipo de energía undimotriz desde hace más de 10 años. Ya se encuentran en etapa de diseño del equipo en escala 1:1. Si bien obtuvieron una Declaración de Interés por el Senado de la Nación en 2015 y un Reconocimiento por los avances del proyecto en 2021, todavía siguen buscando financiación para instalar un prototipo en Mar del Plata.



En 2015 se celebró la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, COP 21, donde se llegó al conocido Acuerdo de París: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para limitar, en este siglo, el aumento de la temperatura global a 1,5°. Argentina ratificó el Acuerdo en 2016. El año pasado, en la COP 26, se acordó, entre otras cosas, el abandono de los combustibles fósiles, estableciendo la eliminación gradual de los subsidios que gozan en todo el mundo; el presidente Alberto Fernández, en su discurso de apertura, planteó: “La Argentina no tiene intención de que esta COP quede sólo en palabras”. Como el presidente Fernández tiene la lapicera, goza de la oportunidad de refrendar, en la práctica, estas palabras, sin embargo: se sigue subsidiando la extracción de gas y petróleo, se invertirán 3.500 millones de dólares en un nuevo gasoducto para llevar el gas de Vaca Muerta hasta Santa Fe, el ministro de Ambiente de la Nación dio el visto bueno a la exploración off shore de petróleo frente a Mar del Plata y muchas otras acciones que siguen haciendo de Argentina un país contaminante.

O sea que las inversiones del Estado y de privados van a los combustibles fósiles. ¿Hay otras posibilidades en el país para generar energía? Sí: energía solar, eólica, mareomotriz, undimotriz. Las tres primeras son muy conocidas, la última, por el contrario, es una especie de hermanita pobre que, sin embargo, “tiene un potencial extraordinario porque el mar argentino es enorme. De San Clemente para abajo, el oleaje es interesante. Se puede aprovechar toda la costa argentina y también off shore”, señaló el ingeniero Alejandro Haim, director del Proyecto de Investigación de Energía Undimotriz, de la UTN Regional Buenos Aires.
 
 
Soberanía energética y marina

La energía undimotriz se basa en la transformación de la energía proveniente de las ondas del mar, en electricidad, es decir una energía limpia que se puede desarrollar en toda la costa argentina, más de 5.000 kilómetros, y también en el mar argentino que son 658 millones de hectáreas.

El equipo de investigación de energía undimotriz de la UTN Regional Buenos Aires viene trabajando hace más de 10 años en este proyecto estratégico. “Estamos hablando de soberanía energética, producción nacional, puestos de trabajo genuino, desarrollo de la industria metalmecánica, ingreso de divisas a través de la exportación de tecnología, muy bajo impacto ambiental”, destacó el director del proyecto, Alejandro Haim.

La soberanía energética entiende a la energía como un bien social y un derecho humano. Para lograrla, Argentina debería cambiar su actual matriz (altamente privatizada, extranjerizada y atada a los hidrocarburos) por un mix de energías renovables. “El potencial del mar argentino es suficiente para abastecer a cualquier ciudad costera. Con un parque undimotriz de 3 hectáreas de mar se puede abastecer una ciudad de 20.000 habitantes. Lo ideal sería que la energía undimotriz y la mareomotriz se combinen porque Argentina tiene un potencial enorme en ambas. Además, la idea es inyectar energía a la red, mientras más interconectadas estén las ciudades, la energía se mueve hacia un lado o hacia otro, dependiendo de quién la genera y quién la necesita”.


Paneles solares

En países del primer mundo están hablando de energía distribuida, entonces si un hogar tiene paneles solares, cuando la propia energía que genera, le sobra, la inyecta en la red, y cuando su propia energía no le alcanza, la toma de la red. En relación a este tema, el ingeniero Haim informó que “la actual ley (27.424) permite que cada usuario entregue energía a la red, pero no hay fuentes de financiamiento para que la gente compre paneles solares”.

Tampoco hay fuentes de financiamiento para que el proyecto de energía undimotriz comience a funcionar, sin embargo, ya están en etapa de diseño a escala 1:1 y construcción del equipo para instalarlo en una escollera. “Al instalarlo en una escollera buscamos demostrar que la tecnología es confiable, segura y económicamente rentable. La idea es que funcione como mínimo un año y luego pasar a una planta off shore”.

Piensan instalar el equipo en Mar del Plata porque es un lugar estratégico ya que por allí circula mucha gente y así se cumpliría uno de los objetivos: dar a conocer este tipo de energía.

Siguiendo con el tema económico, Haim expresó que “hay varias cuestiones para tener en cuenta, porque no sólo se trata del dinero que se invierte, sino también en qué se invierte”. Para ejemplo basta un botón: si se le compra a una empresa argentina chapa laminada que produce en Brasil, esa plata no genera trabajo argentino. “Nosotros estamos planteando que casi el 90% del equipo se construya acá. Por eso sabemos que finalmente va a tener un precio muy competitivo, porque es un brazo, una boya y un mecanismo que transforma el movimiento de las olas a un movimiento circular uniforme, acoplado a un generador eléctrico convencional. Todo esto ya lo construimos nosotros mismos, en escala chica, y ahora hay que hacerlo en escala más grande, con mano de obra argentina y materiales nacionales”.

Recordemos que para la construcción del gasoducto Néstor Kirchner se invertirán 3.500 millones de dólares. “Nos vendría muy bien un 1% de lo que van a gastar en el gasoducto que es plata quemada, porque para generar energía eléctrica se quema combustible que emite gases de efecto invernadero”.

Los equipos de energía undimotriz no emiten gases de efecto invernadero, no contaminan el agua, no emiten ruidos perjudiciales ni para la fauna ni para la flora marina, o sea que tienen un impacto ambiental muy bajo.

A todo esto, se puede agregar que los parques acuáticos de energía undimotriz también ejercerían soberanía nacional en el inmenso mar argentino: “Sobre los equipos se pueden instalar radares para monitorear las embarcaciones que están en el borde de nuestra plataforma, porque los radares de tierra no llegan hasta ahí”.

Todos estos aspectos ameritan que el gobierno nacional, los provinciales y empresas privadas inviertan para desarrollar esta tecnología. Y los ciudadanos, por su lado, exijan a los funcionarios que dejen de subsidiar los combustibles fósiles y, en serio, las intenciones de la COP 26 no queden en palabras.

En 2015 se celebró la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, COP 21, donde se llegó al conocido Acuerdo de París: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para limitar, en este siglo, el aumento de la temperatura global a 1,5°. Argentina ratificó el Acuerdo en 2016. El año pasado, en la COP 26, se acordó, entre otras cosas, el abandono de los combustibles fósiles, estableciendo la eliminación gradual de los subsidios que gozan en todo el mundo; el presidente Alberto Fernández, en su discurso de apertura, planteó: “La Argentina no tiene intención de que esta COP quede sólo en palabras”. Como el presidente Fernández tiene la lapicera, goza de la oportunidad de refrendar, en la práctica, estas palabras, sin embargo: se sigue subsidiando la extracción de gas y petróleo, se invertirán 3.500 millones de dólares en un nuevo gasoducto para llevar el gas de Vaca Muerta hasta Santa Fe, el ministro de Ambiente de la Nación dio el visto bueno a la exploración off shore de petróleo frente a Mar del Plata y muchas otras acciones que siguen haciendo de Argentina un país contaminante.

O sea que las inversiones del Estado y de privados van a los combustibles fósiles. ¿Hay otras posibilidades en el país para generar energía? Sí: energía solar, eólica, mareomotriz, undimotriz. Las tres primeras son muy conocidas, la última, por el contrario, es una especie de hermanita pobre que, sin embargo, “tiene un potencial extraordinario porque el mar argentino es enorme. De San Clemente para abajo, el oleaje es interesante. Se puede aprovechar toda la costa argentina y también off shore”, señaló el ingeniero Alejandro Haim, director del Proyecto de Investigación de Energía Undimotriz, de la UTN Regional Buenos Aires.
 
 
Soberanía energética y marina

La energía undimotriz se basa en la transformación de la energía proveniente de las ondas del mar, en electricidad, es decir una energía limpia que se puede desarrollar en toda la costa argentina, más de 5.000 kilómetros, y también en el mar argentino que son 658 millones de hectáreas.

El equipo de investigación de energía undimotriz de la UTN Regional Buenos Aires viene trabajando hace más de 10 años en este proyecto estratégico. “Estamos hablando de soberanía energética, producción nacional, puestos de trabajo genuino, desarrollo de la industria metalmecánica, ingreso de divisas a través de la exportación de tecnología, muy bajo impacto ambiental”, destacó el director del proyecto, Alejandro Haim.

La soberanía energética entiende a la energía como un bien social y un derecho humano. Para lograrla, Argentina debería cambiar su actual matriz (altamente privatizada, extranjerizada y atada a los hidrocarburos) por un mix de energías renovables. “El potencial del mar argentino es suficiente para abastecer a cualquier ciudad costera. Con un parque undimotriz de 3 hectáreas de mar se puede abastecer una ciudad de 20.000 habitantes. Lo ideal sería que la energía undimotriz y la mareomotriz se combinen porque Argentina tiene un potencial enorme en ambas. Además, la idea es inyectar energía a la red, mientras más interconectadas estén las ciudades, la energía se mueve hacia un lado o hacia otro, dependiendo de quién la genera y quién la necesita”.


Paneles solares

En países del primer mundo están hablando de energía distribuida, entonces si un hogar tiene paneles solares, cuando la propia energía que genera, le sobra, la inyecta en la red, y cuando su propia energía no le alcanza, la toma de la red. En relación a este tema, el ingeniero Haim informó que “la actual ley (27.424) permite que cada usuario entregue energía a la red, pero no hay fuentes de financiamiento para que la gente compre paneles solares”.

Tampoco hay fuentes de financiamiento para que el proyecto de energía undimotriz comience a funcionar, sin embargo, ya están en etapa de diseño a escala 1:1 y construcción del equipo para instalarlo en una escollera. “Al instalarlo en una escollera buscamos demostrar que la tecnología es confiable, segura y económicamente rentable. La idea es que funcione como mínimo un año y luego pasar a una planta off shore”.

Piensan instalar el equipo en Mar del Plata porque es un lugar estratégico ya que por allí circula mucha gente y así se cumpliría uno de los objetivos: dar a conocer este tipo de energía.

Siguiendo con el tema económico, Haim expresó que “hay varias cuestiones para tener en cuenta, porque no sólo se trata del dinero que se invierte, sino también en qué se invierte”. Para ejemplo basta un botón: si se le compra a una empresa argentina chapa laminada que produce en Brasil, esa plata no genera trabajo argentino. “Nosotros estamos planteando que casi el 90% del equipo se construya acá. Por eso sabemos que finalmente va a tener un precio muy competitivo, porque es un brazo, una boya y un mecanismo que transforma el movimiento de las olas a un movimiento circular uniforme, acoplado a un generador eléctrico convencional. Todo esto ya lo construimos nosotros mismos, en escala chica, y ahora hay que hacerlo en escala más grande, con mano de obra argentina y materiales nacionales”.

Recordemos que para la construcción del gasoducto Néstor Kirchner se invertirán 3.500 millones de dólares. “Nos vendría muy bien un 1% de lo que van a gastar en el gasoducto que es plata quemada, porque para generar energía eléctrica se quema combustible que emite gases de efecto invernadero”.

Los equipos de energía undimotriz no emiten gases de efecto invernadero, no contaminan el agua, no emiten ruidos perjudiciales ni para la fauna ni para la flora marina, o sea que tienen un impacto ambiental muy bajo.

A todo esto, se puede agregar que los parques acuáticos de energía undimotriz también ejercerían soberanía nacional en el inmenso mar argentino: “Sobre los equipos se pueden instalar radares para monitorear las embarcaciones que están en el borde de nuestra plataforma, porque los radares de tierra no llegan hasta ahí”.

Todos estos aspectos ameritan que el gobierno nacional, los provinciales y empresas privadas inviertan para desarrollar esta tecnología. Y los ciudadanos, por su lado, exijan a los funcionarios que dejen de subsidiar los combustibles fósiles y, en serio, las intenciones de la COP 26 no queden en palabras.

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