De pluma honesta y transparente, sin grandes malabares, el autor narra sus historias centrándose en el transcurrir de las mismas donde la lectura fluye amena y ligera.

El bar Don Bueso es un ordenador de relatos, algunos de los cuales fueron escritos durante la pandemia del covid. Confieso que el que más me movilizó fue aquel de Boris y su teoría del juego entre Spassky y Fischer, una verdadera joya de la conspiración, o la locura, que siempre están al límite de tocarse.

En un tiempo donde todo se hace aceleradamente y sin permiso, Angel vive y produce desde las pausas y las reflexiones sobre análisis de pequeños elementos o hechos que parecen insignificantes pero que revelan una lógica sistémica proyectada, es así que en el cuento “Los espíritus de hartshorn” pasamos de un juego de producción de un petardo que parece solidario de un festejo a un hecho por demás trágico para el personaje y que nos traslada a una época negra de nuestro continente.

Leer a Angel Prignano, historiador, barriólogo, cuentista y compañero de las causas justas es un deber de quienes buscamos empaparnos de textos producidos desde la honestidad intelectual y la sabiduría no solamente de un asiduo lector, sino también de alguien que basa su bagaje de conocimientos en tiempo trascurrido en colectivos culturales, artísticos, fertilizados con el afecto de sus pares.

(Fernando Roperto, Editor Responsable)